Mágica fue esa acaricia
que guareces en el pecho
íntimo como el cerezo
que dibujó con delicia eres un ángel plateado
que en las margaritas blancas
vuelas con flores doradas
para encontrar un paraíso lo esconderás en tus dedos
en un pañuelo de oriente
con mil narcisos de duende
y en una fuente de sueños duermo en la luna ceñido
a tu cintura en visiones
que me acompaña la noche
la amapola del delirio No puedo más no tenerte
entre mis brazos rodeado
ver tu mirada en mis ojos
que siempre anhelo ferviente te amo alienado, lo sé
parezco loco, lo sé
tal vez idiota, lo sé
es lo imposible, lo sé pero no puedo callarlo
mi corazón loco vibra
quema mi pecho de lilas
y no parar de evocarlo pido perdón por ser franco
mas yo no puedo olvidarte
desde el primer fiel instante
que me crucé con tus ojos no sé que hechizo proyectas
que cada vez que te miro
dentro de mi yo deliro hasta yacer en la hierva
puedo callar sin decirte
todo lo que por ti siento
no ser un loco molesto
mas callar de nada sirve
puedo soñar que me adores
puedo tener esperanza
que nuestros dedos se rocen
en un jardín de lavanda
¿es pues la luna tu ser?
¿es esta llama tu piel?
¿es su resplandor azahar?
¿fue el corazón que perdí?
quiero remar en la luna
navío de la vía láctea
solo contigo en tu falda
tras tesoros de petunia
mágica luna escucha
quiero ver en ti a mi amada
versos dulces de nenúfar
dentro de la noche estrellada
mágica luna refleja
sobre tu rostro de plata
los ojos pardos preciosos
de un paladar delicioso
Dama Blanca que navegas
en la clara Vía Láctea
sé mi camino de plata
para cazar las dracenas
puede sonar egoísta
mas tu ser es tan sublime
mágico y delirante
que hechizó mi propia vista
Tu sonrisa exquisita Es tu sonrisa exquisita
que perduró entre la brisa
magia de bella poetisa
que descansó en la lunita Mi corazón ya palpita
en tu jugosa sonrisa
entre una flor de Artemisa
tu me atrapas señorita Es tu sonrisa exquisita
que pronto vuela deprisa
y guardas en tu camisa
con tu fragancia bendita Sobre la luna dormitas
con una pluma sumisa
un duende en esta cornisa
que gratos versos recita muy sonrojado tirita
cuando te mira indecisa
y el duende quiere deprisa
darte un beso en la boquita sin tu pasión se marchita
sueña con su pitonisa
la bella sacerdotisa
que de tu amor necesita (Didac Coliman)
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